RELACIÓN DE LA
PELÍCULA CON LA FOTOGRAFÍA.
La fotografía juega
un importante papel en cuanto a la capacidad de trasmitir el gran cofre de
sensaciones que esta película intenta irradiar de la forma más acertada posible:
Los juegos de primeros planos: Con ellos las
emociones y experiencias de los personajes se hacen casi presentes en la vida
del espectador. Ejemplos de estos nacimientos de emociones pueden ser la cara
que rebosa tristeza de la protagonista tras la historia narrada por su vecina o
los gestos a cámara lenta que, el día de su muerte, contempla en sus hijas, en
su vecina y en su marido.
La iluminación: el
uso de claroscuros y de espacios con poca iluminación otorgan al filme un aura
de intimidad y melancolía que envuelve a la protagonista en sus horas de vida.
Los espacios usados:
Intensifican los diálogos y las experiencias de la protagonista (momento en el
que Lee anuncia su amor queda intensificado al encontrarse frente al mar en el
puerto, dándole a ésta un toque romántico pero con un fino velo de melancolía
ante el amor imposible) Otro de los espacios y escenas a destacar se da en el
comienzo de la historia; cuando la protagonista describe la sensación de
libertad y vitalidad que la simple lluvia le trasmite.
La composición de las escenas: la intimidad queda plasmada perfectamente en
cuanto al uso deliberado de escenas en espacios cerrados donde la protagonista
puede pensar y sentir cada una de las cosas que necesita hacer antes de que su
tiempo se acabe.
Las expresiones de
los personajes: que denotan y trasmiten una perfecta sintonía entre la tristeza
irremediable y la felicidad buscada.
Los diálogos: enlazan perfectamente el uso de
la razón con el sentimiento que , más que alejado de ella como típicamente se
ha expuesto, brota de ese mismo intercambio de palabras al intercalarse entre
ellas emociones alcanzables a todo tipo de espectador.
APORTACIÓN PERSONAL
Y CONCLUSIÓN ACERCA DE LA PELÍCULA.
Delicada, entrañable
y con un amargo toque de empatía esta película es capaz de crear grandes
emociones con sutiles gestos (destaco la escena en la que, tras conocer el
diagnóstico, la protagonista saborea con sus cinco sentidos un simple caramelo)
y es capaz, por ello, de hacer surgir brotes de empatía que rozan tanto la
tristeza y el dolor de una muerte prematura como la alegría y la felicidad del
estar enamorado.
Su argumento,
cargado de pasión y recubierto de emociones, es capaz de hacer pensar sin dejar
en un segundo plano el sentir, algo peculiar que crea grandes sensaciones con
resortes de pensamientos razonados que hacen de esta película una delicia tanto
para el corazón como para la mente.
Las emociones de sus
imágenes y sus impactantes pero al mismo tiempo dulces diálogos han provocado
que la valoración de la vida sea uno de los puntos en los que me centre.
Cada gesto, cada
acción, cada caricia, cada lágrima, cada sonrisa. Todo tiene un por qué, un
hilo conductor al suceso que se está viviendo en el momento. Cada emoción un
interruptor que, tras el argumento de esta película, me pregunto a quién le
estará destinado encender o apagar en mí. Dueña de mis actos y esclava de sus
consecuencias ¿cómo vivir un futuro mejor si no actúo hoy como si el mañana
nunca llegara? ¿Cómo colmar de experiencias y conocimientos un presente que se
arrepiente de su pasado? Vivir, única solución en la que me ha centrado esta
sucesión de vivencias fugaces y sueños sin cumplir que narra la película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario