lunes, 26 de noviembre de 2012

Excursión Málaga: Vik Muniz

VIK MUNIZ

Son numerosos adjetivos los que podrían denominar sus obras; desde detallistas hasta complicadas, pero le dedicaré el que veo más acertado en su conjunto; sensible.

Cada visión mostrada por Vik es única y, a la vez, cotidiana.

Cotidiana por haber sido creada con materiales presentes en nuestro día a día; única por mostrarnos que esa rutina puede ser rota vista desde perspectivas diferentes e imaginativas. No todo el mundo alcanza a ver más allá de un montón de basura en medio de la calzada o de un plato listo para engullir. Muniz nos enseña que es posible manipular elementos reales haciendo uso de valores que pocos aguantan hoy en día: la humildad, la constancia y la motivación propia.

Las capacidades de crear residen en nosotros pero no parecemos hacer amago de encontrarlas a la hora de cambiar lo contrario a nuestros principios. Podría decirse que Vik nos guía en cuanto a la exposición de sus propios valores morales mediante imágenes que plasman realidades discordes a ellos; la pobreza,
 la desgracia, la tristeza, la avaricia e incluso el lujo innecesario son evocados de forma inversa a sus obras. En ellas la formación de historias a través de protagonistas de juguetes, plásticos y basura nos hacen pensar en algo más; ¿qué habrá detrás?¿ por qué esa gente?¿ por qué esas poses?

Una vida entera no puede ser recogida en una sola fotografía, pero si puede mostrar algo de ella que nos evade en cuanto a su origen e incluso nos hace pensar en su futuro. Tal vez nunca lleguemos a saberlo pero es eso lo que Vik quiere trasmitirnos; la curiosidad, la empatía, la emoción contenida en sus narraciones fotográficas.

Tras el documental no pude pensar en otra cosa al contemplar sus imágenes; las historias de sus personajes sobrecogieron una vez más mi memoria al ver sus obras. Algo me unía a ellas; conocía su historia y ello me provocaba cierto cosquilleo al observar esas miradas, esos fragmentos de vidas perdidas y encontradas.

En referencia a otras obras ajenas a las realizadas con basura reciclable me encontré con cuadros en los que la simbología era de gran nivel; cómo demostrar el lujo con diamantes y la maldad con caviar me hizo cuestionarme si realmente ambos elementos no podrían cambiar de lugar sin perder significado.

Los alimentos que se deteriorarían si no hubieran sido captados por la cámara. Las texturas creadas por ellos, el juego de contrastes, de movimientos, de sensaciones y contraste que lograban me cautivó e incluso me hizo querer experimentar con alguna de aquellas sustancias en mi día a día.
Uso de juguetes y recortes de papeles,nubes de humo y algodón además de alambres con relieve también evocaron juegos en mi consciencia.

La simbología altamente marcada en la mayoría de sus obras me permitió contemplar desde una perspectiva diferente lo más marcado en la sociedad hoy en día: los prejuicios y estereotipos.

Una bandera de EE.UU enmarcada con mariposas y hierba me mostró que la perspectiva puede convertir estos prejuicios inculcados en sueños visibles gracias al arte de conjugar elementos sencillos y cotidianos con emociones puras y sensibles.

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